Señora divina, bella labradora, boca de rubíes, ojos de paloma, santísima Virgen, soberana Aurora, arco de los cielos y del sol, corona. Madre, escucha nuestras súplicas que encomendamos a ti y guíanos en nuestro caminar. ¡Oh bendita Aurora, escucha a tus hijos que te imploran! Ella es nuestra seguridad, el Amor que nunca nos abandona, el refugio constantemente abierto, la mano en nuestro hombro y de nuestro consuelo. Aurora resplandeciente, muéstranos la fuerza de tu manto protector. De tus brazos vendrán la esperanza y la paz que tanto necesitamos en el mundo. Acuérdate Señora, de las personas que ascendieron al Reino de Dios junto a ti y los tengas en tu bendita gloria. Invocamos a la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. María Santísima de la Aurora, ruega por nosotros y por el mundo entero. AMÉN.